Hasta lo 25 años disfruté de la navidad….luego ya no.
Mientras los demás se mueven en un remolino de compras y regalos…yo vuelvo a los recuerdos de la infancia, cuando las pequeñas cosas brillaban con una intensidad especial…
Los días de navidad deberían ser un área de descanso junto a la autopista de alta velocidad que es la vida, una parada para preguntarse….vamos bien por este camino? para dudar y cuestionarnos y para volver a las pequeñas cosas…porque aunque las hay más grandes nunca serán mas importantes…
Solo la felicidad de mis nietos, su ilusión y su ingenuidad, me reconcilian con la navidad y consiguen transportarme a esas celebraciones humildes pero rodeada de seres queridos que ya no están.
Pura Camiña.