Dicen que lo más emocionante del Camino de Santiago es la llegada a la Plaza del Obradoiro, pero que lo que te llevas para toda la vida es cada paso que das entre pueblo y pueblo; cada charla con otro compañero peregrino, las historias de los oriundos e incluso los tropiezos con las piedras del sendero.

De la misma manera, el Camino no se realiza en un día, ni en dos, ni siquiera en tres. Se debe progresar etapa a etapa, sintiendo los pasos, los momentos en los que te sientes fresco y en los que las piernas te piden clemencia. Si pretendemos hacer tres etapas en un solo día es posible que las agujetas, las ampollas e incluso nuestro propio ánimo no nos permita continuar.

Se podría hacer un paralelismo casi idéntico con el proceso por el que pasa un deportista amateur, “popular” que se suele decir. Si queremos dar saltos de gigantes, saltarnos etapas, aprendizajes y procesos de adaptación, lo único que conseguiremos será caer lesionados, enfermos y desmotivados.

A lo largo de los años que llevo entrenando a diferentes deportistas, me he encontrado con muchas personas que quieren comenzar la casa por el tejado o hacer esas tres etapas seguidas del Camino, como mencionábamos antes. La gloria, piensan ellos, está en terminar a las primeras de cambio un Ultratrail con tropecientos mil metros de desnivel positivo, el Ironman más duro del mundo, o la travesía con las aguas más bravas y las criaturas más feroces de los siete mares. Y por supuesto tener una medalla que lo atestigüe.

¿Y empezamos por poner los cimientos? ¿Y si nos ponemos miniobjetivos para ir alcanzado pequeñas metas y así seguir motivados? ¿Y si conseguimos “dominar” una distancia o modalidad antes de dar el salto a otra más exigente o superior? ¿Y si nos conocemos nosotros mismos, aprendemos de un flato en una serie, de una pájara en un puerto de montaña o de una flojera en un entrenamiento de aguas abiertas? ¿Y si afianzamos nuestras fortalezas y trabajamos para mejorar nuestras debilidades?

En definitiva, tengamos Santiago en el horizonte, pero disfrutemos del Camino.

 

Ulises Rodia Mejías.

Entrenador.

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