Cuando hablamos de planificación del entrenamiento habitualmente pensamos en qué me toca hacer hoy y qué me toca hacer mañana. Hasta que llega el día que de tanto recibir planes de entrenamiento nos vemos capaces de poder realizar nuestro propio plan de entrenamiento e incluso el de otras personas. Esto es un groso error, principalmente porque el cuerpo humano tiene múltiples manifestaciones fisiológicas que son muy distintas cuando estamos en reposo a cuando estamos estresados físicamente, así como estas manifestaciones son distintas en cada persona y tiempo.
La planificación del entrenamiento se basa en la capacidad de prever con anticipación hechos y acciones de manera sistemática y racional, teniendo en cuenta las necesidades y posibilidades reales del entrenado (García Manso, 1996) para así conseguir lograr un objetivo deportivo determinado, teniendo siempre en cuenta el nivel del deportista, las características competitivas del deporte y el objetivo (realista, medible y alcanzable).
Esta es la principal razón por la que no debemos realizar planes de entrenamiento propios, ya que se pierde objetividad.
Y ya desde 1994 Isidoro Hornillos y Fernando Navarro observaron que con una planificación, el 54%de los sujetos estudiados alcanzaron el rendimiento óptimo en el momento de la competición, por otro lado el 30% lo alcanzaron de manera prematura y tan solo un 16% lo alcanzaron de manera tardía. Sin embargo del grupo que no llevó planificación el 60% no alcanzaron un rendimiento óptimo en el momento de la competición. Un 30% alcanzaron este rendimiento, pero lo hicieron de manera tardía y tan solo un 10% alcanzaron el rendimiento esperado pero de manera prematura.
En conclusión, si buscas alcanzar tu nivel más óptimo, y por supuesto saber cual es tu nivel óptimo, es necesario llevar a cabo una planificación deportiva.
Javi y Edu – Coach
Sacrifice is the secret